De esta forma, y asumiendo el atasco judicial, dado que 2008 finalizó con 2,8 millones de resoluciones pendientes, el indicador de la calidad de las sentencias dictadas en primera instancia fue confirmada en un altísimo porcentaje, cuando éstas resultaron recurridas a instancias superiores, cuestión que ofrece una imagen muy positiva de los jueces y magistrados españoles.