El número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas durante los años 2016, 2017 y 2018 fue de 151, un 11,2 por ciento menos que en el anterior trienio. Del total de víctimas mortales, 46 (el equivalente al 30,5 por ciento del total) habían presentado denuncia previa contra su agresor. El Observatorio expresa una vez más su preocupación ante estas cifras, que indican que el porcentaje de mujeres asesinadas que habían denunciado previamente aumentó en tres puntos respecto al promedio de los últimos diez años.
Casi la mitad de las que denunciaron (47,8) vivía con su agresor. El Observatorio hace un llamamiento a la sociedad, pues la contribución de los familiares de las víctimas o de terceras personas puede llegar a ser decisiva. Los datos son, también aquí, preocupantes: el entorno de la víctima sólo presentó entre el 5 y el 7 por ciento del total de denuncias.
Asimismo, se señala la necesidad de visibilizar los homicidios y asesinatos de mujeres a manos de hombres también fuera de la pareja, tal y como obliga el Convenio de Estambul y se recoge en el Pacto de Estado firmado en España en 2017.
A causa de la violencia machista, 102 menores de edad quedaron huérfanos entre 2016 y 2018. El 43 por ciento de las víctimas tenía hijos menores de edad en común con el agresor o bien fruto de una relación anterior. El 75 por ciento de las víctimas eran madres, un dato que, según el Observatorio, indica que la maternidad -junto con la pobreza, la dependencia económica o por discapacidad, y el embarazo- es un factor que hace más vulnerables a las mujeres víctimas de la violencia machista y que guarda relación con el elevado porcentaje de casos sin denuncia previa.
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