El tribunal, presidido por el magistrado David Cubero, tomó dos decisiones: por un lado, buscar a una persona que estuviese con él durante la vista y le explicase lo que allí estaba sucediendo; y, por otro, redactar una sentencia lejos de los tecnicismos jurídicos, para que la víctima entendiese la resolución a través de un fallo de los llamados de lectura fácil.
Junto al encabezamiento figura el número de sentencia, la 517/2018, y el remitente: Audiencia Provincial de Madrid. Los distintos pasajes del fallo -sobre un hecho real y nombres auténticos- se caracterizan por la sencillez. No hay en ella ningún formulismo jurídico y sigue la misma estructura que las sentencias normales: hechos probados, fundamentos de derecho, fallo...
Enlace a la noticia: