En este caso, el acusado confesó los hechos, el doble asesinato de sus dos hijas, de cuatro y nueve años de edad, utilizando para ello una sierra radical, luego de haberlas drogado con ciertos fármacos, hechos que sucedieron pocas semanas después de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2015, que incorporó a nuestro sistema penal aquella pena.
La condena tuvo lugar luego del veredicto unánime de culpabilidad emitido por el jurado, dado que el acusado había confesado y aceptado todos y cada uno de los hechos imputados. Se trata, además, de una sentencia firme, luego inmodificable, dado que las acusaciones y la defensa manifestaron su intención de no recurrirla, por lo que la Magistrada presidente del Tribunal del Jurado pudo decretar su firmeza.
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