Nuestra compañera empezó su ponencia, agradeciendo la invitación y recurriendo a una anécdota, que justificaba sobradamente su presencia en el acto con toga, dado el matiz de espíritu femenino relacionado con la citada y antigua toga. Fue regalo una tía segunda suya que no pudo ejercer, pero que su deseo, a pesar de tener sobrinos directos abogados, era que la heredara una mujer y la mujer elegida fue Mar Villa, en calidad de procuradora de los tribunales.
Puso de manifiesto la importancia de que se cumpla el art. 14 de nuestra Carta Magna, la Constitución, para lo que sería necesario que se creara un lobby de mujeres juristas y se fomente el asociacionismo.
En cuanto a la Procura, explicó la diferencia entre la postulación y la defensa y la diferencia a nivel "practico", dado que sus inicios fueron como pasante en el despacho de Abogados de uno de sus hermanos mayores, y por el devenir de la vida, la procuradora de ese despacho, mujer de uno de los socios se quedó embarazada y empezó a hacer su trabajo en los juzgados, dándose cuenta, tanto ella como el resto de los socios, que era "conseguidora", es decir Procuradora y no Abogado y que si bien ambos son juristas, el ejercicio real de unos y otros no tiene nada en común, aunque son de gran complementariedad.
Asimismo explicó la complejidad para compatibilizar la profesión y la vida familiar y personal de una mujer procuradora, divorciada y madre de tres niños pequeños, dado el grado de responsabilidad, dureza y compromiso de la misma, a lo que en su caso particular se suma, ocupar cargos directivos en mundo empresarial, deportivo y jurídico, pero que entiende que el esfuerzo merece la pena.