Hoy día 27 de enero, con el fin de fomentar el respeto de los derechos humanos, aumentar la tolerancia y defender nuestra humanidad común, nos unimos a la ONU y a la comunidad internacional en la conmemoración del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. En palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres: ?Nunca podremos permanecer callados o indiferentes ante el sufrimiento humano. Siempre debemos defender a los vulnerables y llevar a los verdugos ante la justicia.?
Queremos compartir el artículo de opinión con el que tan amablemente ha querido colaborar con el ICPM, Abel Isaac de Bedoya Piquer:
Día del recuerdo, conmemoración del Holocausto. Día en conmemoración de la ?shoa?. Este término puede interpretarse, como ?catástrofe?. Pero, ¿por qué celebrar algo tan triste, dramático y doloroso para millones de personas?, ¿por qué remover el dolor de tantas y tantas familias que perdieron a sus miembros?, ¿qué se pretende con ello?. Recordar el sufrimiento, ¿de algo que ocurrió hace ya más de setenta años?.
Sucesos de los que apenas quedan supervivientes, memoria viva de aquella atrocidad. Contábamos en Madrid, con uno de ellos. El pasado mes de diciembre nos abandono. El Sr. BAUER, nos acompañaba en esta celebración, encendía las velas en el día de la celebración, y daba así su desgarrador testimonio de lo que vivió en propia carne.
Nos preguntábamos por qué deberíamos recordar, y la respuesta no puede ser otra que la de evitar con el recuerdo que tal atrocidad se repita. No solo murieron más de seis millones de judíos, entre ellos, casi un millón quinientos mil eran niños, eran el futuro y se vio atrozmente aniquilado. Pero en este recuerdo traemos a colación también aquellas personas que por su ?diferencia?, también fueron exterminadas, gays, lesbianas, transexuales, personas con alguna discapacidad física o psíquica, comunistas y opositores al régimen, también fueron presa de la masacre.
A ellos también debemos dedicar este día de recuerdo. También para ellos fue ?shoa?. También para ellos fue el holocausto. Debemos mantener viva esa llama, encender las velas cada año, para transmitir a las generaciones venideras que estén atentas a las posibles desviaciones del poder, de la xenofobia, del rechazo y la discriminación al diferente. Y no podemos permanecer indiferentes antes esos abusos. Quien podría imaginar en la Europa de aquellos días, que en Alemania y Austria, con grandes pensadores, escritores, artistas, científicos, con una expansión cultural, alguien que accedió -no olvidemos, de forma democrática- aprovechase la indiferencia y el conformismo de los ciudadanos, para arrasar Europa y la cultura, para exterminar a más de seis millones de judíos, para aniquilar a todos los que no fueran ?pura raza?.
Por todo ello, tenemos el deber de recordar y de trasmitir que se siga recordando. Cada vez son más las instituciones públicas, ayuntamientos y agrupaciones culturales que se van sumando a la conmemoración de este recuerdo. Y ahí con nuestra presencia debemos estar apoyando la memoria. Para que no se repita.
Abel Isaac de Bedoya Piquer
Abogado